El manejo de la ERC consiste en 7 puntos principales: 

  • Tratar las causas específicas de la enfermedad renal.
  • Identificar y resolver las causas reversibles de daño renal.
  • Tratar los factores de progresión.
  • Manejar y controlar los factores de riesgo cardiovascular.
  • Evitar los nefrotóxicos.
  • Tratar las complicaciones urémicas.
  • Preparar al paciente para alguna técnica de sustitución renal (diálisis o trasplante).

Independiente de la causa de base y los otros factores fisiopatológicos involucrados, el manejo preventivo de la ERC ya instalada está enfocado en retardar o detener su tasa de progresión y prevenir los eventos cardiovasculares.

El tratamiento de la hipertensión arterial (HTA) es lo muy importante para lograr reducir la progresión de la ERC y reducir los eventos CV . Los objetivos de presión arterial en ERC son menores a la población general, del orden de 125–135/75–85mm Hg. 

Los fármacos mejor estudiados en retardar la progresión de la ERC son los inhibidores de la enzima de conversión (IECA). Su efectividad ha sido probada en el subgrupo de pacientes con ERC y proteinuria y son la primera línea de tratamiento en estos casos. En pacientes con proteinuria mayor de 500mg/día, el riesgo de falla renal avanzada o de doblar la creatinina plasmática se ve reducido en un 40% al utilizar IECA comparado a otros antihipertensivos.

Los pacientes con ERC requieren en general varios tipos de antihipertensivos distintos para lograr un buen control de su HTA, especialmente con los objetivos ya señalados de PA. Los diuréticos de asa o tiazídicos logran mejorar el componente de expansión de volumen de la HTA y además evitan el desarrollo de hiperkalemia al caer la VFG. A su vez los bloqueadores de los canales de calcio no dihidropiridínicos, adicionan un efecto potente sobre la HTA sistólica y pueden reducir la proteinuria aún más.

No debe olvidarse impedir la exposición del paciente a nefrotóxicos, ajustar la dosis de los distintos fármacos según la VFG o según niveles plasmáticos si están disponibles.

Las medidas dietéticas recomendadas incluyen una reducción de la ingesta de sal a menos de 100mmol/día, lo que facilita el control de la HTA. La restricción severa de proteínas no es recomendable por el riesgo de desnutrición. La suplementación oral con bicarbonato de sodio reduce la tasa de progresión de la falla renal crónica y mejora el estado nutricional de pacientes con VFG reducida (< 30ml/min) y acidosis crónica.

Es importante destacar el cese del tabaco, debido al riesgo demostrado de progresión de ERC y mayor mortalidad en esta población.

La obesidad se asocia al desarrollo de ERC, progresión del daño renal y mortalidad relacionada a ERC, es recomendable realizar ejercicio físico dinámico, de tipo moderado, por 30 a 60 minutos, 5 veces por semana.

El mal control glucémico se ha asociado a mayor riesgo de nefropatía diabética y progresión rápida de la ERC. Los estudios dónde se han buscado metas de hemoglobina glicosilada menor de 6%, han demostrado menor incidencia de nuevos casos de micro o macroalbuminuria en diabéticos tipo 1 y 2. Los beneficios de un control estricto de la glucemia deben balancearse contra los riesgos de hipoglicemia, evento que es más frecuente en pacientes con una VFG reducida. 

Recomendaciones preventivas en pacientes con ERC inicial.

Cambio del estilo de vida Cese del tabaco
Dieta baja en sodio (2–3gr/día)
Restricción proteica de 0.8gr/kg/día
Bicarbonato sodio oral, en caso de acidosis
IMC < 25, circunferencia abdominal < 102 ♂ y < 88cm en ♀
Ejercicio físico regular, de intensidad moderada (caminata, bicicleta, trote)
Hipertensión arterial Objetivo: PA < 130/80mm Hg
En caso de albuminuria, utilizar de preferencia un IECA o ARB
Diabetes mellitus Objetivo: HbA1C < 7% y glucemia 70–126mg/dl
Metformina no recomendada en estadios 3–5 de ERC
Dislipidemia Objetivo: LDL cercano a 70mg/dl
Estatinas de preferencia, ajustar dosis si se usan Fibratos
Antiagregantes plaquetarios Aspirina 81mg al día, en caso de riesgo CV elevado y ausencia de contraindicaciones