Si le han diagnosticado IRC, llevar una alimentación equilibrada le será de gran importancia y podría ayudarle, incluso a retrasar la progresión de la enfermedad.

 

1. ESTADIOS INICIALES.

Durante los estadios iniciales de la IRC, la dieta saludable incluye gran variedad de cereales, sobre todo, cereales integrales, fruta y verdura frescas. Recuerde que nuestro organismo necesita energía suficiente para funcionar correctamente.

La parte principal del suministro de energía debería provenir de los hidratos de carbono y las grasas; sin embargo, también deberá asegurarse de reducir la proporción de grasas saturadas y colesterol; en su lugar, debe elegir grasas no saturadas y aceites (por ejemplo, aceite de oliva y pescado).

Un cambio fundamental en su dieta podría ser la limitación de la ingesta de proteínas. De este modo, podrá preservar la función renal y reducir la cantidad de sustancias indeseadas que pasan al torrente sanguíneo. Los alimentos que tienen un alto contenido proteico son, sobre todo, productos como la carne, el pescado, los huevos y los productos lácteos.

Mientras la producción de orina sea normal, no tendrá que limitar la ingesta de líquidos. Sin embargo, deberá restringir la ingesta de sodio. Dado que la sal se une al agua, su cuerpo necesitará ingerir más líquido. El sodio se encuentra fundamentalmente en la sal de mesa y los alimentos ya preparados, como por ejemplo: las salchichas, la comida enlatada y la pizza congelada; sin embargo, la sal también está presente, por ejemplo, en el pan, el queso y el jamón. Debe tratar de sustituir la sal de mesa por hierbas aromáticas y especias, así como cocinar productos frescos siempre que sea posible.

 

2. ESTADIOS MÁS AVANZADOS.

A medida que se desarrolle la IRC, es posible que tenga que seguir adaptando la dieta: los estadios más avanzados de la enfermedad requieren una reducción más estricta de la ingesta de proteínas y deberá pasar de una dieta baja en proteínas a una muy baja en proteínas. Por último, tomar complementos de aminoácidos y cetoácidos podría resultarle útil, ya que la ingesta de proteínas no será lo suficientemente alta como para satisfacer las necesidades del organismo. Su nefrólogo o nutricionista le informará sobre sus necesidades y le recetará el suplemento idóneo.

Desde que observe una disminución en la producción de orina o la hinchazón de los tobillos y los pies, será el momento de reducir también la ingesta de líquidos. Su nefrólogo o nutricionista le ayudarán a calcular la cantidad adecuada de líquido que debe tomar a diario.

Recuerde: los alimentos salados le provocan sed.

Dado que el potasio ahora se acumula con mayor rapidez en el organismo, debe reducir la ingesta de esta sustancia para evitar niveles elevados de potasio, que pueden provocar arritmias cardíacas.

Alimentos con alto contenido en potasio
Frutas y zumos de frutas: plátanos, frutos secos, uvas, aguacates
Verduras: espinacas, patatas, brécol, tomates y otras verduras de hoja verde oscura
Nueces y almendras
Productos elaborados con cereales integrales
Leche y productos lácteos
Sucedáneos de la sal

A continuación le mostramos algunos consejos que le ayudarán a reducir la ingesta de potasio:

  • Puede eliminar parte del potasio de las patatas y otras verduras si antes las pela, las corta y las pone a remojo en un recipiente grande con agua durante varias horas. Recuerde sustituir el agua antes de cocinarlas.
  • La cocción reduce el contenido en potasio de la fruta y las verduras, utilice mayor cantidad de agua.
  • Use fruta enlatada (sin el líquido) o fruta y verdura congelada.

 

Si tiene una alta concentración de fósforo en sangre, debe reducir el consumo de alimentos ricos en fósforo.

Tomar suplementos de ciertas vitaminas o minerales podría ser de gran ayuda. Consúltele a su médico o nutricionista y pídale que le recomiende el suplemento que más le conviene. Algunos suplementos de venta sin receta pueden resultar perjudiciales para las personas con IRC.

Recuerde que es importante comprobar su estado nutricional de forma regular, sobre todo en las fases más avanzadas de la enfermedad renal crónica, momento en que aumenta el riesgo de malnutrición relacionada con el consumo de proteínas y energía y de experimentar una retención excesiva de líquidos. Si tiene alguna duda, consulte a su nefrólogo o nutricionista y siga sus consejos.

Alimentos con alto contenido en fósforo
Los productos lácteos
La carne
El pescado
Los productos elaborados con cereales integrales
Las legumbres y las lentejas
Las nueces y almendras
El chocolate negro/cacao
Los refrescos (por ejemplo, las bebidas de cola) y la cerveza

Aquí puedes adquirir en nuestro “Rincón Solidario” el libro "La alimentación en la enfermedad renal crónica", con un "recetario práctico de cocina para el enfermo renal y su familia". Este libro ha sido creado por:

  • Natividad Conde, profesora de la Escuela de Hostelería de Madrid y que conoce de cerca la enfermedad desde hace más de tres décadas.
  • Sergio Fernández, cocinero de TVE.
  • Alberto Caverní, diplomado en Nutrición Humana y Dietética especializado en enfermedad renal con más de ocho años de experiencia en ALCER Ebro.
  • Antonio Ochando, enfermero de hemodiálisis con más de quince años de experiencia.

 

No te puedes quedar sin él.